En medio del fragor político que calienta el ambiente rumbo a las próximas elecciones, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución de alta estima académica y autónoma por tradición, ha salido al paso de las controversias que salpicaban su nombre y el de dos prominentes egresadas. Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, ambas con una posible ruta hacia la candidatura, enfrentaban acusaciones que las ponían en el ojo del huracán: el plagio de sus tesis.

Sin embargo, la UNAM, pilar del conocimiento en México, no tardó en disipar las nubes de la duda. Tras un análisis meticuloso, la universidad ha dictaminado que los trabajos académicos de ambas políticas son originales y cumplen con los estándares requeridos para la titulación. Para Xóchitl Gálvez, Ingeniera en Computación, la institución confirmó la ausencia de similitudes o ausencias significativas en el reconocimiento a otros autores en su tesis. Similar fue el caso de Claudia Sheinbaum, cuya tesis de Física fue escrutada y, eventualmente, exonerada de las acusaciones de copiar contenido académico en inglés.

La postura de la UNAM no es solamente una vindicación de la integridad académica de sus exalumnas, sino también una reafirmación de su compromiso con la imparcialidad política. La universidad ha hecho un llamado a no ser arrastrada hacia el terreno de las disputas electorales, enfatizando su función esencial: emitir dictámenes objetivos y despolitizados sobre las investigaciones académicas, protegiendo su prestigio y la confianza depositada en ella.

Esta declaración de la UNAM no solo cierra el capítulo de un debate que amenazaba con manchar reputaciones sino que también establece un precedente importante. Subraya la importancia de la separación entre academia y política, recordando que la educación y la investigación deben permanecer lejos de la arena partidista.

Para la juventud mexicana, especialmente aquellos de 25 años que están forjando su futuro profesional y cívico, este evento subraya la relevancia de la integridad académica y la justicia. Se les recuerda que en una era de información instantánea y juicios rápidos, la verdad aún puede prevalecer a través de la investigación y la reflexión.

En una sociedad donde los jóvenes buscan ejemplos de liderazgo y honestidad, la UNAM se erige como guardián de estos valores, defendiendo su legado y su presente. Con este acto, no solo absuelve a dos figuras prominentes sino que también envía un mensaje poderoso a la juventud: la ética y la objetividad deben guiar no solo nuestras aspiraciones políticas, sino todas las facetas de nuestra vida.