La designación de Ulises Lara López como suplente de Ernestina Godoy en la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha generado una polémica que va más allá de su función pública. La controversia se centra en la obtención de su cédula de licenciado en Derecho por el Centro Universitario Cúspide de México, un día después de asumir el cargo.

Lara López aclara que inició sus estudios de licenciatura en Derecho en 2016, pero la emisión de su cédula se realizó recién a principios de 2024. En una entrevista con el periodista Alejandro Domínguez en Milenio TV, el funcionario defendió la legalidad del trámite y aseguró haber cumplido con todos los requisitos durante su proceso de formación académica.

Ante las críticas que han surgido sobre la rapidez del procedimiento, Lara López expresó: "Se ha dicho que ha sido un procedimiento exprés, novedoso. Yo lo que le puedo decir es que durante el tiempo estudié esta licenciatura, cubrí con todos los requisitos y no había solicitado el trámite de cédula hasta ahora".

El periodista cuestionó los detalles de sus estudios, y aunque con ciertas dificultades para responder, Lara López destacó que ya tenía los estudios desde 2016. Agregó que posee dos maestrías, ha completado un doctorado y ha estado inmerso en diversos estudios a lo largo de los años.

La polémica se intensifica con la pregunta sobre su posible ratificación como fiscal. Lara López respondió: "La tarea que tengo que cumplir es esta. Estamos en esta misión, tendríamos que esperar. Cuando venga la convocatoria, cuando estemos en las condiciones, veremos los tiempos y lo haremos público".

La controversia en torno a la cédula de Ulises Lara López invita a la reflexión sobre la transparencia en la designación de cargos públicos y plantea la pregunta crucial: ¿debería la rapidez en la obtención de certificaciones académicas afectar la confianza en las instituciones gubernamentales?