Nueva York se ha convertido, una vez más, en el epicentro de la atención política después de que el juez Arthur Engoron multara al expresidente Donald Trump con $5,000. La razón se centra en la violación de una "orden mordaza" que le prohibía expresamente publicar mensajes en internet que tuvieran relación con el personal del tribunal.
La situación comenzó cuando Trump, haciendo uso de su plataforma Truth Social, compartió una imagen de la secretaria del magistrado acompañada de un ataque personal. Aunque el expresidente atendió la petición de eliminar la publicación, una réplica de esta se mantuvo activa en su sitio web de campaña durante 17 días, pasando desapercibida.
Engoron, no ocultando su descontento, catalogó la acción de Trump como una "violación flagrante". Pero más allá de la multa impuesta, el juez fue enfático al señalar que cualquier futura infracción podría derivar en consecuencias mucho más severas para Trump, incluyendo una posible sentencia de prisión.
Estas acciones se enmarcan en un contexto más amplio, donde Trump enfrenta acusaciones en Nueva York por presuntos actos de fraude empresarial. A pesar de los cargos, el expresidente ha manifestado en reiteradas ocasiones su desacuerdo con el proceso, calificándolo de "caza de brujas" promovida por el Partido Demócrata.