La madrugada del miércoles 25 de octubre será recordada en la historia de Acapulco y México debido al impactante arribo del huracán "Otis", clasificado como categoría 5 en la escala Saffir-Simpson. Con vientos sostenidos de 270 km/h, este fenómeno meteorológico no solo ha sido devastador, sino también ha quedado documentado por los valientes habitantes y turistas que se encontraban en el lugar.

Videos y testimonios han comenzado a circular en redes sociales, mostrando la crudeza de la situación y el pánico que se vivió durante las horas más intensas del huracán. Los vientos arrasadores y las fuertes lluvias dejaron un rastro de destrucción, con vidrios rotos y estructuras dañadas. En uno de los videos, se puede observar cómo los huéspedes de un hotel se refugiaron en baños y escaleras, buscando protección ante la fuerza descomunal de "Otis".

Afortunadamente, según los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, se espera que "Otis" pierda rápidamente fuerza conforme se desplace por el terreno montañoso del estado de Guerrero. Se anticipa que para la noche de este mismo miércoles, el huracán podría haberse disipado completamente, dejando atrás una estela de daños y la tarea titánica de la reconstrucción.

La transformación de "Otis" de tormenta tropical a huracán categoría 5 tomó por sorpresa a las autoridades y a los habitantes de Guerrero, generando una carrera contra el tiempo para prepararse. En Acapulco, ciudad de cerca de 780,000 habitantes, se vivieron escenas de urgencia mientras las personas procuraban abastecerse de agua y alimentos. Los negocios y hogares se apresuraron a proteger sus ventanas, armados con maderas y cinta adhesiva.

Con una ocupación hotelera reportada del 50%, los representantes del sector turístico instaron a los visitantes a permanecer en sus hoteles y buscar refugio. Además, el gobierno ha habilitado más de 500 albergues para aquellos residentes en zonas de riesgo, asegurando un lugar seguro donde puedan resguardarse del poder devastador de "Otis".

Ahora, la comunidad de Acapulco y las autoridades se enfrentan al desafío de evaluar los daños, proporcionar ayuda a los afectados y comenzar el proceso de recuperación y reconstrucción. "Otis" será recordado no solo por su poder destructivo, sino también por la resiliencia y el espíritu de comunidad que sin duda surgirá en su aftermath.