Marcelo Ebrard, una figura clave en la política mexicana, se encuentra en un momento crítico. Este lunes, un día después de que Movimiento Ciudadano (MC) cierre sus registros para la candidatura presidencial, Ebrard anunciará su futuro político. La especulación sobre su posible unión a MC ha estado en el aire durante meses, pero parece que el "barco naranja" zarpará sin él.

Ebrard, quien ha impugnado el método de encuestas y el proceso de selección presidencial de Morena, aún espera respuesta a su queja admitida por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena. Este escenario lo coloca en una encrucijada: ¿continuará en Morena bajo la sombra de Claudia Sheinbaum o buscará una nueva ruta en su carrera política?

Dante Delgado, líder de MC, ha insinuado que Ebrard podría tener un lugar en su partido como aspirante ciudadano, aunque la preferencia interna parece ser Samuel García, gobernador de Nuevo León con licencia. Esta situación deja a Ebrard con una decisión complicada por delante: mantenerse leal a Morena y aceptar un papel en el gobierno de Sheinbaum o en el Legislativo, o dar un giro y avanzar con otras siglas.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha expresado que Ebrard es libre de tomar su propio camino, pero enfatizó la importancia del proyecto sobre los cargos individuales. “Somos libres y no hay que presionar a nadie”, señaló López Obrador, reconociendo la inteligencia y la capacidad de Ebrard.

La decisión de Ebrard no solo definirá su trayectoria política sino que también podría tener un impacto significativo en el panorama político mexicano. ¿Permanecerá fiel a Morena o buscará nuevos horizontes en MC u otra plataforma política? La respuesta a esta pregunta es crucial y está cargada de implicaciones para el futuro de la política mexicana.