En una revelación impactante que ha sacudido al país, se ha dado a conocer que el gobierno de Miguel de la Madrid autorizó la compra y distribución de más de 40 mil toneladas de leche contaminada por el desastre nuclear de Chernobyl. La Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) fue la encargada de vender estos productos agropecuarios contaminados, mezclando un bulto de leche radioactiva con seis bultos de leche limpia.

La leche contaminada, que llegó a México entre 1986 y 1987, provenía de Irlanda del Norte, país que, junto a otros, exigía responsabilidades a la Unión Soviética por la expansión de la nube radioactiva sobre Europa. Este desastre contaminó los pastizales de los que se alimentaban las vacas y otros animales de granja, resultando en productos lácteos contaminados.

A pesar de los graves riesgos para la salud que implicaba el consumo de estos productos, como cáncer y daños genéticos, las autoridades mexicanas dieron luz verde para su distribución, siguiendo la peligrosa sugerencia de diluir la leche contaminada. Los documentos desclasificados, ahora públicos gracias a @Archiveroexp, muestran las comunicaciones y decisiones tomadas por la Subsecretaría de Regulación Sanitaria y Desarrollo y la Dirección General de Control Sanitario.

El personal de la Comisión Internacional de Seguridad Nuclear incluso participó en el análisis de la situación, examinando 60 muestras en colaboración con Conasupo y la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (Conasenusa). A pesar de las advertencias y la creación de un esquema de difusión para evitar el consumo reiterado por los mismos grupos de población, la leche radioactiva llegó a los hogares mexicanos.

En 1987, el vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo descubrió decenas de marinos enfermos en Veracruz, todos afectados por el consumo de atole preparado con leche robada en la aduana y proveniente de Irlanda del Norte. Miguel Ángel Valdovinos, jefe de análisis nucleares de la planta nuclear de Laguna Verde, confirmó la presencia de altos niveles de estroncio y cesio radioactivo en la leche.

A pesar de las alertas emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el embajador de México en Brasil y otros, se presume que el gobierno de Miguel de la Madrid ignoró las advertencias debido al bajo costo de la leche contaminada.

Casi tres décadas después, la relación entre el consumo de esta leche y el aumento del 300% en los casos de cáncer infantil entre 1987 y 1997 sigue siendo un tema de gran preocupación. La información ahora desclasificada reabre viejas heridas y plantea preguntas críticas sobre la responsabilidad del gobierno y la necesidad de rendición de cuentas.