La región norte de Sinaloa enfrenta una doble amenaza: la sequía que azota el estado y la creciente presencia de la delincuencia organizada, que ahora extiende su influencia hasta los valles agrícolas. En esta temporada, los productores agrícolas se ven obligados a pagar cuotas a grupos delictivos no solo por el uso del agua, sino también por el transporte de sus cosechas, lo que agrava aún más la difícil situación en el campo.

La delincuencia organizada ha extendido su control sobre las actividades agrícolas en el norte de Sinaloa, imponiendo el cobro de cuotas a los productores por el transporte de sus cosechas. Este fenómeno ha generado un aumento en los costos de producción y ha complicado la movilización de los productos agrícolas.

Transportistas y productores agrícolas afectados reportan que el monto de las cuotas varía según el tipo de producto. Por ejemplo, en el caso de las papas, se han llegado a pagar hasta 2,500 pesos por unidad cargada. Este aumento en los costos afecta la rentabilidad de los agricultores y dificulta aún más su situación económica.

La situación se agrava con la escasez de unidades de transporte debido a los asaltos y despojos en las carreteras del país. Los transportistas se enfrentan a la violencia y la intimidación por parte de grupos delictivos, lo que dificulta su trabajo y la movilización de las cosechas.

El abandono de tierras agrícolas debido a la inseguridad y las extorsiones ha provocado la pérdida de millones de hectáreas de cultivo en la región. La violencia y las amenazas afectan no solo a los productores y transportistas, sino también a toda la cadena de producción agrícola en el estado.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades estatales y municipales, la situación no muestra signos de mejora. El gobernador del estado y el presidente municipal de Ahome reconocen la gravedad del problema, pero hasta el momento no se han implementado medidas efectivas para combatir la delincuencia en la región.

Los productores agrícolas y las empresas del sector son los más afectados por esta situación, que representa un grave obstáculo para el desarrollo económico y social de la región norte de Sinaloa.