En un giro sorpresivo en la política de Nuevo León, este miércoles 25 de octubre, el Congreso local ha otorgado una licencia temporal de seis meses al actual gobernador, Samuel García Sepúlveda, dejando el camino libre para que Arturo Salinas Garza, presidente del Poder Judicial del estado, asuma el cargo como gobernador interino.

La decisión, que fue aprobada por el pleno del Congreso con 39 votos a favor y 3 en abstención para la licencia de García Sepúlveda, y 27 votos a favor, 11 en contra y 3 en abstención para la designación de Salinas Garza, ha generado diversas reacciones entre los sectores políticos y la ciudadanía.

Arturo Salinas, reconocido por su trayectoria en el ámbito judicial, no tardó en aceptar la responsabilidad, tomando protesta inmediatamente después de la votación. Sin embargo, ha expresado que analizará la posibilidad de pedir licencia al Poder Judicial de Nuevo León para dedicarse de lleno a sus nuevas responsabilidades como gobernador interino.

El cambio en el gobierno estatal se da en un contexto político complejo, ya que García Sepúlveda se separa de su cargo con la intención de participar en las elecciones de 2024. Su decisión ha sido respaldada por Eduardo Gaona, líder de Movimiento Ciudadano, aunque ha generado críticas y rechazo por parte de las bancadas del PRI y el PAN.

La situación se ha tornado aún más tensa con la respuesta de Samuel García a través de sus redes sociales, donde ha calificado la designación de Salinas Garza como “completamente ilegal” y ha expresado su preocupación por el futuro de Nuevo León, afirmando que no permitirá que “la vieja política” ponga en riesgo la construcción de un nuevo estado.

A pesar de la polémica, Arturo Salinas ha asegurado que trabajará incansablemente por el bienestar de Nuevo León durante su periodo como gobernador interino, buscando dar continuidad a los proyectos y programas en curso, y asegurando una transición ordenada y eficiente para cuando García Sepúlveda decida retomar su cargo o para el próximo gobernador electo en 2024.

Nuevo León se encuentra en una encrucijada política, y los próximos meses serán cruciales para definir el rumbo del estado. La ciudadanía, expectante y crítica, será la juez final de esta nueva etapa en la historia política de Nuevo León.