En un enfrentamiento diplomático sin precedentes, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la impugnación por parte del Gobierno de México de la polémica Ley SB4 promulgada por el gobernador de Texas, Greg Abbott. La ley otorga a las autoridades estatales el poder de arrestar y deportar a México a cualquier persona que "parezca migrante". AMLO acusó al gobernador texano de actuar con "malas entrañas, malo de Malolandia" y usurpar funciones que corresponden al gobierno federal de Estados Unidos.
López Obrador, en una declaración contundente, afirmó que la política migratoria es responsabilidad del gobierno federal y denunció el intento de Abbott de ganar popularidad a expensas de los derechos y dignidad de los migrantes. "Se le olvida que en La Biblia se dice que no hay que tratar mal a los forasteros", expresó el Mandatario federal, señalando la inhumanidad y motivación político-partidista detrás de esta medida.
En el salón Tesorería de Palacio Nacional, López Obrador no solo arremetió contra la ley, sino que también reveló que se está llevando a cabo un trámite en el Ministerio de Relaciones Exteriores para impugnarla. Además, aseguró que México estará en contra de estas medidas y defenderá a sus paisanos y a todos los migrantes afectados por esta legislación.
El presidente hizo hincapié en que Abbott busca candidatura a vicepresidente del Partido Republicano con estas medidas, pero auguró que, en lugar de ganar simpatías, perderá apoyo en Texas y en toda la Unión Americana, donde reside una considerable población mexicana. Recordó el caso del gobernador de Florida, Ron DeSantis, cuyas políticas antimigrantes le costaron un drástico descenso en la aceptación pública.
"De todas maneras, vamos a intervenir porque además esas son facultades que tienen que ver con el gobierno federal de Estados Unidos, no son atribuciones de los estados; él está usurpando funciones y tiene que ver con política exterior", enfatizó AMLO.
Este enfrentamiento plantea interrogantes sobre las relaciones bilaterales entre México y Texas, así como sobre la dirección que tomarán las políticas migratorias en la región. La impugnación por parte de México sugiere una postura firme en defensa de los derechos de los migrantes y busca evitar precedentes que podrían afectar a comunidades enteras.